QUE ES UN MODELO INSTRUCCIONAL
Un módulo instruccional es un material didáctico cuyo contenido posee los elementos que son necesarios para que se produzca el proceso de aprendizaje. Y tiene como propósito enseñar conceptos y permitir así la adquisición de destrezas de acuerdo a la dinámica de aprendizaje del alumno sin la intervención presencial continua del educador.
Diseño instruccional.
Es una metodología de planificación pedagógica para la producción de material didáctico por medios de teorías de aprendizajes, que sirve de referencia para producir una variedad de materiales educativos, los cuales deben estar orientado a las exigencias y necesidades del alumnado, asegurándose así la calidad del aprendizaje. El diseño instruccional proporciona un marco de referencia para la planeación, desarrollo y adaptación de la instrucción, sustentado en las necesidades de los estudiantes y en los requerimientos del contenido. Es decir, se hace un completo análisis de las necesidades y metas educativas a cumplir y posteriormente se diseña e implementa un mecanismo que permita alcanzar esos objetivos. Así, este proceso involucra el desarrollo de materiales y actividades instruccionales, y luego las pruebas y evaluaciones de las actividades del alumno.
El proceso de desarrollo de cursos de entrenamiento o currícula implica una serie de tareas que están sistemáticamente relacionadas. Las tareas pueden ser conceptualizadas a través de un modelo de diseño Instruccional que sirve como un organizador avanzado para este proceso. La mayoría de los modelos de diseño Instruccional, sin embargo, incorporan 5 pasos básicos o tareas que constituyen la base del proceso de diseño instruccional y por lo tanto, pueden ser considerados genéricos. Los cinco pasos son: Análisis, Diseño, Desarrollo, Implementación.
Diseño instruccional.
Es una metodología de planificación pedagógica para la producción de material didáctico por medios de teorías de aprendizajes, que sirve de referencia para producir una variedad de materiales educativos, los cuales deben estar orientado a las exigencias y necesidades del alumnado, asegurándose así la calidad del aprendizaje. El diseño instruccional proporciona un marco de referencia para la planeación, desarrollo y adaptación de la instrucción, sustentado en las necesidades de los estudiantes y en los requerimientos del contenido. Es decir, se hace un completo análisis de las necesidades y metas educativas a cumplir y posteriormente se diseña e implementa un mecanismo que permita alcanzar esos objetivos. Así, este proceso involucra el desarrollo de materiales y actividades instruccionales, y luego las pruebas y evaluaciones de las actividades del alumno.
El proceso de desarrollo de cursos de entrenamiento o currícula implica una serie de tareas que están sistemáticamente relacionadas. Las tareas pueden ser conceptualizadas a través de un modelo de diseño Instruccional que sirve como un organizador avanzado para este proceso. La mayoría de los modelos de diseño Instruccional, sin embargo, incorporan 5 pasos básicos o tareas que constituyen la base del proceso de diseño instruccional y por lo tanto, pueden ser considerados genéricos. Los cinco pasos son: Análisis, Diseño, Desarrollo, Implementación.
Los Modelos Pedagógicos: nos presenta la descripción de la escuela nueva; lo hace teniendo en cuenta sus avenencias y desavenencias con el Método Tradicional. De igual modo, así como deja ver claramente la revolución introducida por el Nuevo Modelo en materia de educación, también deja a la luz las principales falacias que éste no tuvo en cuenta a la hora de afianzar sus planteamientos y su repercusión en la práctica educativa.
Julián de Zubiría nos expone lo que hace unas pocas décadas hemos conocido como “la Escuela Nueva” con su Modelo Pedagógico Activista. Esta escuela nueva nace a partir de una nueva concepción de ser humano, una nueva antropología filosófica producto de las diferentes revoluciones que han acontecido en la historia: la Revolución Francesa, los planteamientos evolucionistas de Darwin (darwinismo) y la teoría de Gestalt.
Este Modelo de Escuela toma distancia del Modelo de Escuela Tradicional totalmente. Esto es, mientras el Modelo Tradicional consideraba al alumno como un sujeto pasivo el cual aprendía tomando lecciones, repitiendo hasta memorizar para presentar evaluaciones. La Escuela Nueva propone que el alumno aprende solo a través de la experiencia, del contacto directo con las cosas. El Modelo Tradicional consideraba al alumno como alguien pasivo, la Escuela Nueva lo considera como quien debe aprender a partir de la acción. Como un agente activo.
Para el Nuevo Modelo son importantes a la hora de aprender los elementos siguientes: la acción como condición del aprendizaje, manipular los objetos es igual a aprender y también es igual a conocimiento de los mismos. En lugar de memorizar fue colocado el experimentar. En resumen, podemos definir que para el modelo activista, aprender está ligado a la experiencia, el alumno es protagonista de su propio aprendizaje y el maestro es un acompañante. Aprender es producto de la experiencia. En consecuencia, los textos estudiantiles, según De Zuburía ya no se escribieron teniendo en cuenta al docente sino considerando más al estudiante. De manera que el Nuevo modelo de Escuela trajo consigo cambios substanciales en: contenidos y su secuencia, metodologías, recursos didácticos y criterios de evaluación. Veamos los postulados del Nuevo Modelo Pedagógico:
Propósitos: la escuela no es un cúmulo de contenidos que debe enseñar, sino que debe preparar para la vida.
Contenidos: dado que la escuela debe preparar para la vida, entonces la naturaleza y la vida misma deben ser objetos de estudio.
La secuenciación: los contenidos educativos deben organizarse partiendo de lo simple y concreto hacia lo complejo y abstracto. Primero manipular y posteriormente llegar a los conceptos, formularlos.
El método: considerando al niño como artífice de su conocimiento, el activismo da primacía al sujeto y a su experimentación.
Recursos didácticos: es común en la infancia el permitir manipular y experimentar, irán educando los sentidos, garantizando el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades del individuo.
Escuela nueva y Modelo pedagógico activista.
Frente a la Educación Religiosa Escolar
De Zubiría es muy claro al presentarnos la Escuela Nueva y el Modelo Pedagógico Activista como lo mejor que ha surgido en el último siglo en materia de educación. Como aquello que revolucionó definitivamente la manera de enseñar en todos los estamentos educativos, tal vez a nivel mundial.
Puede considerarse que a partir de las revoluciones arriba mencionadas como promotoras de la nueva Escuela, también el avance de las ciencias ha contribuido o digamos jalonado el avance en dicho proceso. De igual manera, es así como el Modelo de enseñanza Tradicional contenía en sí elementos positivos y sus propias falencias, de igual manera, el Modelo Activista, sin menospreciar los grandes y valiosos aportes a la historia de la educación, también los deja ver como muy bien lo señala el autor. Si bien las ciencias actualmente parecen inclinadas a lo práctico, en su afán de preparar para la vida solamente, en el fondo este fenómeno va contribuyendo a la pérdida de la investigación, de la profundización en los diferentes campos.
Nos encontramos hoy con un gran porcentaje de carreras técnicas, como producto del preparar solamente para la vida. Es decir, que tendemos solo a buscar prepararnos para la vida, esto es, para aquello que nos dé lucro, siempre teniendo en cuenta los intereses particulares; pero podríamos preguntarnos, ¿dónde está el cultivo del avance del conocimiento, del avance científico, si para ello se necesita “ocio”, desinterés? De Zubiría bien lo plantea al ponernos frente al problema siguiente: si se afirma que el aprendizaje está causado por la experiencia, ¿cómo es posible apostarle a las matemáticas complejas como el cálculo, las derivadas, la trigonometría, la investigación a partir de las partículas atómicas, la historia, la física, etc.
Podríamos afirmar que hacer no es lo mismo que comprender. Nos encontramos con el planteamiento que formula el autor y es lo siguiente: muchas veces nosotros como estudiantes podemos aprender a hacer las cosas, pero no porque hayamos comprendido cómo o qué son, por qué son así, para qué sirven, cuáles son sus principios, en fin, sino que solamente las hacemos mecánicamente.
Podría pensarse que al Modelo Activista se le olvidó separar o diferenciar: hacer con comprender. De otro lado, algo que se ha olvidado tanto a uno como al otro modelo es la singularidad a la hora de aprender. Consideramos que todos los sujetos son iguales en el proceso de aprendizaje. Entonces introducimos a todo un grupo de alumnos en una sola aula y nunca nos preguntamos si todos aprenderán de la misma manera. Sin embargo, la reflexión pedagógica avanza y bueno es constatar que conduce hacia la compresión frente a la diversidad del individuo. Es diferente.
Sucede con frecuencia que a la hora de plantear una teoría, sea cual sea, siempre se omiten detalles importantes. Esto es lo que sucede con el Modelo Activo educacional, al cual se le olvido que el pensamiento es importante en la experiencia. Que si bien, unas cosas se aprenden en la práctica, otras merecen ir más allá, esto es, a la investigación profunda. Y si nos quedamos solo en la experiencia, conseguiremos solamente estudiantes mecánicos. Es decir, todo lo realizamos desde el campo del sentido común y no llegamos a explicar los procedimientos, lo cual en educación es necesario si se quiere calidad educativa y ciudadanos competencias.
los Método Tradicionales de la enseñanza y los “Modelos Instruccionales”, con sus fortalezas y sus debilidades.
Para hablar de la educación se debe abordar lo correspondiente a su historia propiamente y de la historia del hombre como un ser no estático sino evolutivo. Parece que lo anterior es lo que Julián De Zubiría propone en el texto, haciendo ver que la educación se ha movido de acuerdo a las necesidades del hombre y la concepción de sí mismo. En otras palabras, de acuerdo al momento histórico.
En primer momento, nos encontramos que los griegos tenían una concepción peculiar del hombre y de acuerdo a ello buscaban formarlo. En este caso, el varón tenía que ser fuerte en tanto que ellos eran guerreros. Por este motivo los educaban en gimnasios, en la palestra, y en las artes que cultivan el espíritu. Y en el caso de las clases dirigentes, se contaban con privilegios, ya que, eran las personas de los asuntos políticos y de las grandes discusiones sobre los asuntos de la polis. Todo con el fin de contar siempre con hombre diestros, tanto en la guerra como en el discurso, incluso a costo de maltratos para saber quiénes eran los más idóneos. Los que no lo eran, serían entonces excluidos hasta de la misma sociedad. Dado que la educación no cobraba tanta relevancia, en consecuencia, para ser educador no requería mayor calidad, pues el maestro era un esclavo o un ex-esclavo, caso que no sucede hoy en ninguna parte del mundo. La mujer que hoy en nuestro entorno cuenta con un alto grado de participación en los asuntos sociales y políticos, para los griegos era reducida a una simple esclava que aprendía a cocinar y posteriormente era vendida a un ciudadano como cualquier objeto, en este caso para la reproducción.
En los romanos encontramos un distanciamiento en cuanto a la educación de los hijos dado que dentro de su estructura social prevalecían otros asuntos como la administración pública, la oratoria, el ejército y la familia. El padre tenía plena autoridad sobre los hijos hasta tal punto que podían venderlos. Este recibía en casa no solo introducción a las letras y cultura general, sino que también se preparaba en modales corporales para la oratoria. Los debían hijos aprender de sus padres a participar al menos de oídas en los problemas públicos. Ya se contaba allí con los niveles de educación primaria, secundaria y profesional, lo que hasta hoy tenemos, aunque con algunos avances. Finalmente la función del padre la asumió un esclavo debido a que las expansiones romanas lo requirieron y para ellos el servicio a la patria estaba en primer plano.
En la Edad Media, dada la influencia de la Iglesia, (católica) había alcanzado gran estatus político y monopolización de la fe, llegando a los asuntos más relevantes de la sociedad, la educación también giró de acuerdo a lo que se tenía por esencial. En este caso, las cuestiones de Dios y con todo, quienes la impartían eran los sectores monacales, ya fuera externa o interna. Lo más que se alcanzaba después de haber cursado primaria y secundaria, las artes liberales, era optar por la teología, la medicina y el derecho.
Detrás de todo lo anterior el autor nos presenta la influencia que han tenido aquellas remotas maneras de enseñar a lo largo de la historia de la humanidad. Indudablemente hablamos de una Pedagogía Tradicional que hasta el momento no podemos afirmar categóricamente, que ya esté superada cien por ciento. Básicamente, es aquella manera de enseñar en la que el maestro es el poseedor del conocimiento y por tanto, lo transmite, el alumno escucha reiteradamente, toma lección, repite, memoriza y presenta la evaluación. ‘El resultado de todo ese proceso se llama conocimiento’.
Igual que en los contextos griegos, romanos y medievales, detrás de esta manera de enseñar hay una manera particular en que se está comprendiendo al hombre. El alumno es el receptor pasivo que debe limitarse a memorizar repitiendo y corrigiendo todo el contenido, tal como lo recibió; todo esto, bajo la presión del castigo severo si no aprendió, y el premio si lo memorizó. Según el autor, de la Escuela Tradicional heredamos la falta de creatividad, una sociedad que se limitó a repetir lo dicho pero nunca capaz de ir tras los descubrimientos, al tanto de la ciencia en continuo cambio y evolución. La falta de estimular la creatividad del pensamiento según el autor, crea una ‘deshumanización’ que conlleva a la sociedad a convertir la conciencia en una ‘olla’ donde el docente guarda información prácticamente ya muerta. Por otra parte, dicha Tradición no tenía en cuenta los procesos, se veían a los individuos como uniformes, con las mismas capacidades y destrezas a la hora de asimilar conocimientos.
De esta manera el autor nos habla de ‘Paradigma Instruccional Tradicional’, en el cual el alumno se convierte en tábula rasa sobre la que se van depositando desde fuera conocimientos particulares, sistemática-acumulativamente. Dicho currículo, el autor nos lo presenta descompuesto de la siguiente manera: (propósitos, la escuela transmite saberes específicos y las valoraciones aceptadas socialmente), (contenidos, constituidos por las normas socialmente aceptadas), (secuencia, con carácter acumulativo, sucesivo y continuo cronológicamente), (el método, exposición oral y visual repetida y severa por parte del maestro, es garantía del aprendizaje), (los recursos didácticos, la parte didáctica debe ser acorde a la realidad de manera que facilite la percepción, para que la repetición de imágenes en la mente favorezca el aprendizaje), (evaluación, determina hasta dónde se ha quedado impreso o almacenado el conocimiento transmitido por el docente al alumno).